dimarts, 25 d’octubre del 2011

Gaddafi: la muerte de un símbolo pan-africano

El pasado jueves 20 de octubre, un rumor empezó a extenderse como la pólvora por todo el mundo: Muammar Gaddafi, el ex-dictador libio, había sido asesinado en Sirte durante un ataque de las tropas rebeldes del Consejo Nacional de Transición (CNT), con el apoyo de la OTAN. Las declaraciones, fotos y vídeos que fueron apareciendo en los medios de comunicación internacionales confirmaron finalmente su muerte. Con la caída de Sirte -que era el último enclave que quedaba en las manos de los Gaddafistas- y la desaparición del "Hermano Líder", la "liberación" de Libia está consumada.

La muerte del ex-"Guía de la Revolución Libia" ha despertado reacciones encontradas en todo el planeta. En el mundo árabe, en general, la noticia fue recibida con alegría y esperanza. La calle árabe considera la caída de Gaddafi como un éxito más del formidable movimiento de rebelión ciudadana conocido como la "Primavera árabe", que ya ha conseguido tumbar a tres dictadores de la región (Ben Ali en Túnez, Mubarak en Egipto y Gaddafi en Libia) y amenaza con tumbar a otros tantos (Al Assad en Siria, Saleh en Yemen, etc.).

El coronel Gaddafi, que dirigió Libia con mano de hierro de 1969 a 2011

Entre los países occidentales que han apoyado a la rebelión libia a través de la OTAN -principalmente Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos- la noticia del magnicidio fue recibida con una euforia más o menos disimulada. El fin del régimen Gaddafista supone una gran victoria política y económica para estas tres potencias occidentales. Pronto se verá si la inversión de la OTAN ha sido rentable y los rebeldes del CNT, ahora en el poder, muestran su gratitud por el apoyo recibido concediendo jugosos contratos de explotación petrolera a las multinacionales de los países de la Alianza. Sin embargo, el más que probable auge del islam político en la Libia post-Gaddafi también despierta gran inquietud entre los occidentales.

En el África negra, la reacción por la muerte del ex-dictador libio ha sido muy diferente. Tanto sus defensores como sus detractores coinciden en que la desaparición del ex-Guía libio supone también la desaparición de un símbolo de la unidad africana. Tras volcarse en el pan-arabismo socialista durante cerca de 40 años sin obtener resultados concretos, la ideología de Gaddafi fue evolucionando hacia el pan-africanismo; el ex-Guía libio dio el giro definitivo hacia su nuevo credo en 1998. Su nueva pasión africana le llevó incluso a afirmar, "Quiero que Libia sea un país negro. Por lo tanto, recomiendo a los hombres libios que se casen sólo con mujeres negras, y a las mujeres libias que se casen sólo con hombres negros". Fue también un gran impulsor de la unidad africana, particularmente de la Unión Africana creada en 2002, y nunca dejó de soñar en unos "Estados Unidos de África". Su visión y las generosas inversiones libias en la región subsahariana -no exentas de ambición geopolítica- le convirtieron en un líder admirado y respetado tanto por los gobiernos como por los pueblos del continente empobrecido. En 2008, fue incluso nombrado "Rey de reyes de África" en un foro de reyes tradicionales africanos.

Desde el día 20 he estado preguntando a los congoleños qué habían sentido al saber que el ex-dictador libio había sido asesinado. La mayoría de personas consultadas, mujeres y hombres por igual, me contaron que se sienten tristes por su muerte. Algunas de estas personas afirmaron incluso sentirse huérfanas, "porque Gaddafi era como un padre para los africanos". Y no sólo sienten tristeza; también rabia por la forma tan indigna y miserable en la que fue asesinado por la OTAN y los rebeldes de la CNT. Una becaria de Veterinarios sin Fronteras con quien hablé, exclamaba  indignada "¿Por qué los medios de comunicación han mostrado las imágenes de Gaddafi herido y agonizante, y en cambio no permiten al mundo ver las imágenes de los soldados estadounidenses que mueren en Iraq"?

La población de Trípoli celebrando la muerte del ex-dictador libio

La pasión africana por el ex-dictador libio me recuerda a la del pueblo palestino por otro dictador árabe: el iraquí Saddam Hussein. Para la mayoría de palestinos y palestinas, la represión salvaje del régimen de Saddam contra su pueblo y las masacres contra las poblaciones kurdas y shias que tuvieron lugar en ese país son secundarias; lo realmente importante es que el ex-dictador iraquí apoyó a capa y espada la lucha del pueblo palestino contra la ocupación israelí, mientras la comunidad internacional les ignoraba y el resto de gobiernos árabes se llenaba la boca con la causa palestina pero de facto les abandonaba a su suerte. Los palestinos aún se refieren a Saddam como "Sakkar il-arab", el "Halcón árabe".

De la misma forma que Palestina es indulgente con su ex-protector iraquí, una gran parte del África negra deja de lado, o simplemente desconoce, los crímenes que el fallecido "Hermano Líder" cometió contra su propia población y contra otras poblaciones del mundo (mediante el apoyo a un sinfín de organizaciones terroristas); lo más importante para los africanos es que, mientras Occidente explotaba sus recursos naturales y les dejaba morir de hambre, Gaddafi creyó en la dignidad, la fuerza y la unidad de su continente. Y puso la potente economía libia al servicio de ese proyecto.

La mayoría de marginadas y marginados del mundo, ya sean palestinos o africanos, están dispuestos a pasar por alto los crímenes de aquellos regímenes políticos que les apoyan y dan la cara por ellos. Cuando tienes pocos amigos en un mundo lleno de enemigos, los defectos de tus amigos son irrelevantes.

 Cartel comprado en Butembo. Texto en swahili: "El coronel Gaddafi luchando contra los bandidos". 
En inglés: "Muestra amor por una África unida. Muestra sus héroes"

dimarts, 18 d’octubre del 2011

Se acercan las elecciones, crece la incertidumbre

Las elecciones presidenciales y legislativas en la República Democrática del Congo (RDC) están a la vuelta de la esquina. Si los planes de la CENI (Commission Electorale Nationale Indépendante) se cumplen, el 28 de noviembre las congoleñas y congoleños podrán votar aquellos políticos y partidos que van a representar sus intereses durante los próximos cinco años (eso en teoría, claro).

A medida que las elecciones se acercan, el nerviosismo y la incertidumbre aumentan. Ya se han producido varios enfrentamientos en Kinshasa entre la policía y los seguidores de uno de los principales partidos de la oposición, el UDPS (l'Union pour la démocratie et le progrès social). Todo el mundo -comunidad internacional incluida- es consciente de que si estas elecciones fracasan, el círculo vicioso de la violencia podría volver a activarse en el corazón de África. Mirar hacia atrás da vértigo: cerca de 5 millones de muertos durante los últimos 15 años, el conflicto más mortífero desde la Segunda Guerra Mundial. Mirar hacia adelante es una necesidad y una obligación para la población de este sufrido país.

6 de septiembre 2011 - Enfrentamientos en Kinshasa entre los seguidores del UDPS y la polícia

Las ONG, los analistas políticos y los medios de comunicación contemplan diversos escenarios post-electorales. Pero la realidad es que este país es totalmente imprevisible y por lo tanto, todos los escenarios son igualmente probables. Algunos congoleños afirman convencidos "Si Kabila (el actual Presidente) gana, habrá guerra"; otros, con la misma convicción afirman todo lo contrario: "Si Kabila pierde, habrá guerra". Algunos rumores afirman que pequeñas milicias se están formando en el este del país para activarse en caso de que estallara un nuevo conflicto tras las elecciones. Pero muchos ciudadanos, menos alarmistas, afirman que el día después de las elecciones, la gente se dará cuenta de que los malos augurios no se han cumplido, y simplemente la joven democracia congoleña seguirá su curso. Por si acaso, puesto que más vale prevenir, varias ONG internacionales que trabajan en Kivu Norte ya tienen listos los planes de evacuación para sacar a su personal expatriado del país a mediados de noviembre, dos semanas antes de los comicios.

Fragmentada, sin un programa alternativo de gobierno claro y con menos medios propagandísticos que la potente maquinaria electoral oficialista, la oposición política al Presidente Joseph Kabila no lo tiene fácil para ganar las elecciones. Para más inri, la revisión constitucional promovida por el Presidente en enero de 2011, que eliminó la segunda vuelta de la elección presidencial, deja a los adversarios de Kabila sin posibilidades de victoria a menos que toda la oposición se una bajo un solo candidato en la primera y única vuelta. ¿Lo conseguirán? Hasta la fecha, los candidatos más populares de la oposición, el veterano Etienne Tshisekedi (UDPS) y el ex-portavoz del Parlamento Vital Kamerhe (UNC-Union pour la Nation Congolaise) no parecen muy dispuestos a unir sus fuerzas.

El descontento de la población por los pobres resultados obtenidos por el gobierno de Kabila es generalizado. La frustración y enfado del pueblo al ver que sus condiciones de vida no han mejorado durante los últimos 5 años es palpable, especialmente en el este del país, que fue el feudo electoral de Kabila en 2006. Sin embargo, debido a los complicados mecanismos de la democracia congoleña, y a la división de la oposición, una nueva victoria de Joseph Kabila es cada vez más probable. Esta paradoja política es un peligroso caldo de cultivo que podría fácilmente llevar a un estallido violento tras las elecciones, en caso de re-elección del actual Presidente.

El Presidente de la RDC, Joseph Kabila

Con o sin elecciones, la inseguridad sigue reinando en el este del país (principalmente en las Provincias del Kivu Norte, Kivu Sur y Oriental). Seis trabajadores congoleños de la ONG alemana Agro-Action allemande (AAA) fueron secuestrados por el grupo armado de los Mai-Mai el el Kivu Norte entre el 10 y el 18 de setiembre. La milicia exigía el pago de 100.000 dólares como rescate. Finalmente las negociaciones condujeron a la liberación de todos los secuestrados (la ONG negó lógicamente haber pagado ningún rescate). El pasado domingo otra sección de este mismo grupo armado secuestró cerca de Butembo a dos chicas y un chico, por los que pide un rescate "ligeramente" inferior al exigido a la ONG: 300 dólares (queda claro que el importe del rescate exigido por los Mai-Mai se adapta a la capacidad económica de los secuestrados). Según activistas locales de Derechos Humanos, los milicianos podrían estar usando a las dos chicas como esclavas sexuales, una práctica habitual entre los grupos armados de la zona. Estos dos sucesos (una pequeña parte de todos los que se dan cotidianamente en el este del país) ilustran la inseguridad con la que tendrá que lidiar el Presidente que surja de las urnas el 28 de noviembre.

La RDC necesita que las elecciones de noviembre transcurran de forma transparente y tranquila, y el resto del continente también. Un tropiezo de este gigante con pies de barro, se haría sentir en media África.

dilluns, 10 d’octubre del 2011

Cervezas, prostitución y fútbol en Butembo

Je t'aime; l'amour, pas de problème (te quiero; con el amor, no hay problema). Con esta romántica frase, una chica que conocí en una discoteca de Beni (54 Km al norte de Butembo) me insinuaba que si estaba interesado en tener sexo con ella, podíamos llegar a un acuerdo económico.

La prostitución es un fenómeno tan extendido en la Provincia de Kivu Norte (y seguramente en toda la RDC) que incluso un visitante extranjero, tras unos meses viviendo en la región, la puede acabar normalizando. Cuando vivía en Palestina solía hablar con otros cooperantes del riesgo de normalizar la ocupación israelí: considerar normales y aceptables cosas que no lo son, debido al hecho de convivir cotidianamente con ellas durante años (colonias, incursiones militares nocturnas, muros, demoliciones de casas, etc.). Ante ese riesgo, nuestro compromiso era mantenernos vigilantes y críticos con la ocupación, negándonos a considerarla un elemento más del paisaje palestino. La prostitución, por muy habitual que sea en el Congo, tampoco debe ser normalizada. En su inmensa mayoría, las mujeres y niñas congoleñas que venden su cuerpo al mejor postor no lo hacen como resultado de una elección libre, sino como una forma de escapar de la miseria económica que las azota. Paradójicamente, los congoleños se suelen refierir a las prostitutas como femmes libres (mujeres libres).

Antes de proseguir quiero matizar que en este país la línea divisoria entre lo que es prostitución y lo que no lo es, es tan fina que a veces es imperceptible. En la sociedad congoleña, la inmensa mayoría de mujeres dependen económicamente de los hombres. Estos suelen comprar todo aquello que sus mujeres (novias, prometidas, esposas o amantes) necesitan. Algunas mujeres usan ocasionalmente su cuerpo para conseguir dinero u otros beneficios, aunque no de forma sistemática. Muchas otras optan por no pedir dinero a los hombres con los que se acuestan, aunque exigirán ser compensadas con cervezas, cenas, regalos, etc. La cuestión es muy compleja y sin duda no puede ser analizada con los prejuicios y esquemas mentales y morales europeos. En este artículo me refiero a las prostitutas como aquellas mujeres que venden su cuerpo de forma sistemática e indiscriminada a cambio de dinero.

En todos los bares y discotecas de Butembo que frecuentan los internacionales y los congoleños, las prostitutas forman parte del paisaje habitual. Me atrevería a decir que suponen entre el 60% y el 95% de las chicas que acuden a dichos lugares. Los hombres locales -y en menor medida algunos muzungus (incluso cooperantes)- usan sus servicios regularmente. Las tarifas populares para un congoleño que compra sexo son de 5-10 dólares, mientras que un muzungu tendrá que pagar cerca de 20-30 dólares (o mucho más, si tiene mucho dinero y escasas dotes de negociación).

Los hombres que no pueden o no quieren llevar a la prostituta a su propia casa tienen la opción de ir a un hotel. Pero los hoteles tienen dos inconvenientes: 1/ son caros (alquilar una habitación para una noche puede costar a partir de 25 dólares) y 2/ son poco discretos. Por ello, la gran mayoría de hombres optan por una tercera opción, barata y a salvo de miradas indiscretas: alquilan una habitación en una casa ajena. El pago por el servicio de alquiler es en especie: una botella de cerveza. Normalmente se paga con la más popular de ellas, la congoleña Primus, que cuesta cerca de 1.300 francos congoleños (1,4 dólares) y contiene 72 centilitros del preciado líquido.

Primus, la cerveza reina en la RDC

Típicamente, el negocio de las habitaciones para encuentros sexuales está en manos de mujeres que viven solas. Muchas de ellas son viudas que perdieron a su marido durante la guerra, y como consecuencia también su principal sustento económico. En una sociedad que considera el matrimonio como una obligación social y un requisito para ser respetado por la comunidad, estas mujeres viven con el estigma de no estar casadas. Y la mayoría de ellas sufre un doble estigma, ya que no sólo prestan una habitación a los hombres que necesitan calmar sus ardores sexuales; en la mayoría de casos también les prestan su propio cuerpo. Otra de sus principales actividades económicas domésticas es la venta de cervezas, que compran al por mayor y venden al detalle (pueden ganar cerca de 3 dólares por cada 12 botellas vendidas). Es por ello que el pago por el alquiler de las habitaciones es en forma de botellas de cerveza, cerrando así el círculo micro-económico. Se dan de esa forma tres actividades económicas en una sola casa: alquiler de habitaciones para encuentros sexuales, prostitución y venta de cerveza. Con el dinero que obtienen, las mamans colman a duras penas sus necesidades básicas y las de sus numerosas hijas e hijos. Y por supuesto, no sólo cobran; también les toca pagar un duro precio por sus actividades, contrayendo en muchos casos infecciones de transmisión sexual (ITS), que en el caso del SIDA les puede llevar a la muerte.

Afortunadamente, las "vendedoras de Primus" no están completamente solas. En Butembo, la organización SYPROFE -las siglas en francés de Sinergia para la Promoción del Bienestar de la Mujer y el Niño- tiene un Programa llamado "Mujeres que viven solas". En el marco del Programa, las mamans reciben formación en Derechos Humanos, análisis médicos gratuitos para la detección del SIDA, microcréditos para la creación de negocios, cursos de alfabetización y servicios de mutuas de salud y escolares.

Pero la actividad del Programa que más llama la atención es la de "deportes y ocio". Butembo cuenta desde hace años con el equipo femenino de fútbol llamado Mamamoprima, que significa en swahili "la maman que vende Primus". Al parecer, ver a estas mujeres -la gran mayoría víctimas de un abultado sobrepeso- corriendo tras un balón es un espectáculo inolvidable. Sin embargo, el equipo quedó deshecho tras la muerte de tres de sus jugadoras debido al SIDA.

Una de las jóvenes jugadoras, con la camiseta de la selección española de fútbol

SYPROFE intenta desde el mes de setiembre pasado reactivar al histórico equipo Mamamoprima. Lo está haciendo con escasos fondos de cooperación internacional y con mucha dedicación de su personal local. Amy, una amiga estadounidense que colabora con esta ONG, me invitó a ir este domingo pasado a ver el entrenamiento del equipo. Y acepté la invitación, sin dudarlo.

El equipo Mamamoprima durante su entrenamiento dominical

El equipo actual cuenta con 40 mujeres (por ello próximamente se dividirá en dos). Sin embargo, la presencia de mamans es mínima, siendo la mayoría de las futbolistas niñas menores de 18 años. Son las hijas de las "vendedoras de Primus", que se han ido incorporando progresivamente al equipo. Muchas de estas niñas ya están siguiendo el "negocio familiar" y se están prostituyendo, algunas incluso forzadas por sus madres. El fútbol es para ellas una alternativa de ocio sana, que incorpora muchos valores positivos y que contribuye a alejarlas de la prostitución.

Esta es la chica que fue elegida capitana por sus compañeras

Amy y yo tuvimos el privilegio de asistir a la constitución de los órganos de dirección del equipo Mamamoprima. Tras el entrenamiento, que tuvo lugar entre las 6 y las 9 de la mañana, fuimos todas y todos a un bar cercano. Allí, las jóvenes jugadoras eligieron (con voto secreto para no fomentar enemistades) su capitana, sub-capitana, secretaria, sub-secretaria, tesorera, sub-tesorera y responsable de la disciplina. Un servidor muzungu -nominado por su supuesta neutralidad- leyó todos y cada uno de los papelitos que contenían los votos escritos a mano, y anunció las vencedoras de cada categoría. Las votaciones de las futbolistas fueron un ejemplar ejercicio de transparencia y de democracia interna, que a muchos congoleños y congoleñas ya les gustaría ver en las elecciones presidenciales y legislativas que tendrán lugar el 28 de noviembre.

Durante las votaciones para elegir los órganos de dirección del equipo

Gracias a algunos pequeños fondos internacionales aportados a SYPROFE, las chicas ya cuentan con camisetas de fútbol de dos colores diferentes. La mayoría de ellas juega descalza, lo que les ocasiona heridas y lesiones continuas; sin embargo, Amy me dijo que ha conseguido 70 dólares a través de donantes particulares de los Estados Unidos, que alcanzarán para comprar 10 o 11 botas de fútbol. A pesar de las ayudas, aún necesitan bastante más dinero para equipar correctamente a las 40 jugadoras. Si a alguna o alguno de los que estáis leyendo estas líneas os interesa hacer una donación económica al equipo de las Mamamoprima, podéis escribirme a mí (marcelmasferrer@gmail.com) o directamente al director de SYPROFE (en francés):

Monsieur Kambale BALOTI
E-mail: syprofenk2009@gmail.com

El fútbol quizá sea el opio del pueblo. Pero para estas mujeres, el deporte rey es una poderosa herramienta de transformación individual y colectiva, que las aleja de un lugar al que nunca deberían haber llegado.

dimarts, 4 d’octubre del 2011

Descubriendo la belleza natural del Congo

Puedo decir, sin lugar a dudas, que el fin de semana pasado ha sido el más intenso que he vivido desde que llegué al Congo. Ernest -de Cataluña, coordinador de la ONG Veterinarios sin Fronteras España (VSF)-, Guilhem -de Francia, coordinador de la ONG Farmamundi- y yo decidimos salir bien temprano el sábado, en dirección al este de Butembo. Nuestro objetivo era alcanzar el mítico monte Tshiaberimu, que en lengua kinande significa "monte de los espíritus" y está situado a 2.848 metros de altura; forma parte del histórico Parque nacional Virunga, que al ser establecido en 1925 se convirtió en el primer parque nacional africano. El Parque, que es Patrimonio Mundial de la UNESCO, alberga un gran tesoro natural: 200 de los 790 gorilas de montaña que quedan en el mundo. En el monte Tshiaberimu habita concretamente una población de unos 20 gorilas. Aunque sabíamos que no sería fácil llegar a verlos, decidimos intentarlo.


Vista panorámica en la ruta hacia el Monte Tshiaberimu

Orientados por un GPS, pero sobretodo por las indicaciones de la población local, fuimos dejando atrás varios poblados y nos fuimos acercando a nuestro destino. Es difícil describir con palabras la calidez con la que la gente nos recibió por todos los lugares por los que pasamos, y la alegría que se dibujaba en sus rostros al ver a 3 muzungus visitando sus tierras. Aparte de la agradable sorpresa que les provocaba ver a 3 seres extraños como nosotros, varios congoleños nos contaron que, para la población, recibir la visita de blancos es una señal de esperanza y de normalidad; una confirmación de que las guerras devastadoras han quedado atrás y de que el turismo que existió hasta la primera rebelión (1996) está retornando al país. No pude evitar imaginar -irónicamente- como sería la situación en el Estado español si la población recibiera con la misma hospitalidad a los africanos que se juegan la vida cada día para cruzar el Estrecho de Gibraltar; imaginé a los niños y niñas españoles gritándoles "hola!", "bienvenidos!" a los negros que sobreviven a la travesía y alcanzan nuestras costas. Dicen que las comparaciones son odiosas, y esta no lo es menos.


Las niñas y niños congoleños, ante los extraños visitantes

Después de más de 3 horas de ruta por hermosos parajes llegamos a la cima del monte Tshiaberimu. Tras los saludos iniciales, hablamos con los guarda-parques para tantear las posibilidades de visitar la zona y ver a los gorilas. Nos contaron que, por razones de seguridad, la zona estaba cerrada a los turistas. De hecho, los Mai-Mai rondaban por el monte y habían tomado recientemente uno de los dos campamentos que se usan para las visitas. Con la cola entre piernas seguimos avanzando hacia el este y empezamos a descender. Ante nosotros, a lo lejos, apareció imponente el lago Edward, que comparten la RDC y Uganda. Y surgió la duda: "¿Seguimos avanzando, o regresamos a Butembo?" Después de algunas deliberaciones, decidimos seguir adelante hasta Kyaviyonge, una localidad que se encuentra al borde del lago.

Kyaviyonge es un pueblo de pescadores que se encuentra dentro de los límites del Parque Natural Virunga. Al encontrarse en zona protegida, la actividad pesquera debería en teoría estar controlada y regulada para que la explotación de los recursos naturales fuera sostenible. La realidad, como en tantos otros campos, es que el Estado congoleño no tiene los medios humanos ni financieros necesarios para gestionar eficazmente la zona. Por otro lado, la pobreza extrema lleva a la población a sobre-explotar los recursos pesqueros. Hay 3 pesquerías legales en el lago Edward, y Kyaviyonge es una de ellas; existen sin embargo 7 pesquerías piratas, cuya actividad supone un grave problema ambiental para el parque.

Una piragua navegando por el lago Edward

Lo primero que hicimos al llegar fue presentarnos ante las diversas autoridades locales para informarles de nuestra presencia y de la intención de VSF-E de estudiar las posibilidades de llevar a cabo un proyecto futuro en la zona. Nos recibieron deleitados y dos jóvenes locales se ofrecieron a acompañarnos durante nuestra estancia en el pueblo. Tras las presentaciones, dimos un paseo por el lugar. Por supuesto, fue imposible pasar inadvertidos: docenas de niñas y niños nos seguían a todas partes gritando, riendo, tocándonos, corriendo, etc.; una experiencia agradable y extenuante al mismo tiempo. Pedimos también que nos prepararan algo para comer, ya que llevábamos todo el día sin hincar el diente. Tras más de dos horas de espera, nuestra cena estuvo lista. Tilapia (pescada en el lago) con patatas fritas para los dos carnívoros y fufú (pasta de manioca) con frijoles para el muzungu vegetariano que escribe estas líneas. Comimos a la manera africana, sin cubiertos y utilizando las manos. También en la mejor tradición africana, nuestros dos acompañantes se sentaron a la mesa y comieron de nuestros platos. Fue una muestra más del espíritu comunitario local, que tanto choca con nuestro individualismo occidental.

Pasamos la noche en 3 cabañas individuales (paillottes, en francés) construidas de la forma tradicional (pared circular con un tejado cónico), ubicadas en el campamento de la fuerza naval congoleña.  Al día siguiente, nos dirigimos en piragua (embarcación tradicional usada por los pescadores, aunque normalmente motorizada) hasta Ishango, un puesto de control situado a unos pocos kilómetros al norte de Kyaviyonge. Allí, en el punto donde nace el río Semuliki, pudimos contemplar un grupo de hipopótamos remojándose, una visión magnífica. En tierra firme, pudimos también divisar algunos elefantes a lo lejos. Por cierto que el Semuliki es considerado como la fuente del río Nilo, aunque éste es un estatus que se disputan varios enclaves de la región de los Grandes Lagos.

Panorámica desde Ishango, en el punto donde nace el río Semuliki

Los guarda-parques de Ishango nos contaron las grandes dificultades que tienen para proteger la rica biodiversidad que contiene el Parque Virunga. Las instituciones del Estado, en lugar de ser aliadas de la conservación del ecosistema natural, son parte del problema. El conflicto institucional más grave sucedió hace unos días, cuando los guarda-parques dispararon y mataron a dos soldados de la fuerza naval que se encontraban explotando los recursos naturales ilegalmente. Los soldados, que sobreviven con sueldos miserables e intentan buscarse la vida como pueden, son una fuente de problemas en el lago. Pero no son el único, puesto que los Mai-Mai también bajan ocasionalmente del monte Tshiaberimu y se enfrentan a tiros con los guarda-parques (más de 160 guarda-parques han sido asesinados en los últimos 10 años mientras protegían los 5 parques existentes en el este de la RDC). Nos contaron que este grupo armado se financia a través de la explotación ilegal de recursos naturales, pero también con fondos de políticos corruptos e incluso de elementos de la población local que son contrarios a la protección del parque. Está claro que estas no son las mejores condiciones para atraer al turismo internacional.

Tras despedirnos de nuestros acompañantes en Kyaviyonge, emprendimos finalmente el viaje de retorno a Butembo. De estos dos días, nos quedarán los recuerdos de bellos paisajes recorridos y de las entrañables personas conocidas. Y la triste constatación, una vez más, de que el Congo es un país muy rico con una población muy pobre.