dimarts, 9 d’agost del 2011

Butembo, la ciudad del barro

Si tuviera que definir Butembo -mi ciudad congoleña adoptiva- en un solo color, sería el marrón. Es cierto, el verde también domina las colinas que rodean la ciudad, pero es el marrón quien le da personalidad y carácter. Ese color no es casual: sin un solo kilómetro de asfalto en toda la extensa ciudad, es el color de la tierra el que lo impregna todo. Y no en todas las ciudades de la Provincia de Kivu Norte predomina el marrón; hace poco estuve en Goma y observé que, debido a la naturaleza volcánica de su suelo, es el negro el que allí destaca.

El marrón es el dueño de Butembo, en general. Pero cuando llueve a raudales, como fue el caso este lunes, de dueño pasa a rey; y tras la lluvia aparece su gran aliado, el barro, que defiende el color marrón con fervor. Las calles se convierten en pistas de patinaje por donde circulan -y resbalan- peatones, motos, bicis, carros, cabras, etc.


Los cooperantes de Butembo -unos 12 en total, según un censo aproximado que hicimos el viernes pasado entre cervezas- no se manchan, porque se desplazan en 4X4. Pero yo, simple consultor de una pequeña ONG (La Bretxa), no cuento con un coche; mis medios son otros: la bici, las moto-taxi y mis pies. Por ello, el barro siempre me acompaña. Desde que asumí que mi ropa estará sucia hasta el último día que deje el país, todo es más fácil.

El espectáculo del barro llega a su apogeo en la amplia carretera principal, la columna vertebral de Butembo. Debido a las obras de asfaltado financiadas por los chinos (a cambio de a saber qué concesiones en la explotación de recursos naturales), la lluvia se ceba en la carretera y se recrea formando grandes charcos (o pequeños lagos). Hoy les comentaba a mis compañeros de GADHOP que, el día que la carretera principal esté alquitranada y se acabe definitivamente el barro, lo echarán de menos; pero que, afortunadamente, cuando les asalte la nostalgia por el barro desaparecido, tendrán todo el resto de la ciudad para recordarlo. Por sus risas, entiendo que les gustó la idea.

La construcción de la carretera avanza a paso...(iba a usar el adjetivo "febril", pero creo que sería más apropiado para Shangai que para Butembo)...lento pero seguro. Como es habitual, los políticos están intentando que las obras acaben antes de las elecciones legislativas y presidenciales previstas para el próximo noviembre, para sacar rédito político; visto el ritmo de trabajo y lo que queda por hacer, parece poco probable.


El Estado congoleño apenas empieza a hacerse visible en el Kivu Norte y en otras zonas del país. La carretera de Butembo es la primera gran obra pública en la Provincia desde la llegada de la democracia en 2006. La RCD es lo que se conoce como un Estado en construcción y la comunidad internacional, después de 5 millones de muertos en las dos guerras del Congo (entre 1996 y 2003), parece haber entendido que si deja caer al gigante africano, todo el continente podría desestabilizarse. Es por ello que la Unión Europea ya ha anunciado que mandará observadores a las elecciones de noviembre (elecciones que, por supuesto, también va a financiar). El gigante necesitará nuestra ayuda, porque tiene los pies de barro; como el de las calles de Butembo.

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