dimecres, 14 de setembre del 2011

Los ruandófonos de la RDC

Uno de los factores con más potencial desestabilizador en la RDC es la presencia de población ruandófona en el este del país. Los ruandófonos son el colectivo de mujeres y hombres que hablan Kinyaruanda, la lengua común de Hutus y Tutsis en Ruanda, también utilizada en el este de la RDC, en Tanzania y en el sur de Uganda. Durante los últimos siglos -especialmente durante el siglo XX- se han producido diversas olas migratorias de población ruandesa hacia el Congo, que han llevado a que hoy en día residan en el país miles de ruandófonos.

En la Provincia de Kivu Norte (donde se encuentra Butembo) reside población ruandófona Hutu y Tutsi, en proporciones similares. En la Provincia de Kivu Sur los ruandófonos son casi totalmente de etnia Tutsi y también son conocidos como Banyamulenge, que significa literalmente "procedentes de Mulenge". Mulenge es un territorio del Kivu Sur donde se encuentra uno de los más significativos asentamientos de esta población Tutsi, que con el paso del tiempo llegó a simbolizar a toda la comunidad Tutsi congoleña. El calificativo de Banyamulenge ha sido sobretodo utilizado por los mismos Tutsis congoleños, para diferenciarse de los Tutsis ruandeses.

El común de las congoleñas y congoleños no ve a la población ruandófona como nacionalmente congoleña sino como una quinta columna de Ruanda para dominar el este del país, algo que por supuesto dicho colectivo niega reafirmando repetidamente su pertenencia y lealtad a la RDC. Está muy extendida entre la población local la creencia de que los ruandeses, a través de los congoleños ruandófonos, controlan puestos clave en los ámbitos político y económico de la RDC.

Y el temor del gigante hacia su minúsculo vecino no está infundado: desde el genocidio Tutsi de 1994, el gobierno ruandés ha intervenido en el Kivu Norte y Kivu Sur de múltiples formas, bajo el pretexto de proteger sus fronteras y perseguir a las milicias Hutu que perpetraron el genocidio y se refugiaron en la RDC (conocidos como interahamwe, que se convirtieron luego en FDLR-Forces Démocratiques de Libération du Rwanda). El apogeo de este control se dio entre 1998 y 2003, durante la segunda rebelión, periodo en que el régimen Tutsi de Ruanda ocupó todo el este del país y lo gobernó a través de su "representante" congoleño, el partido RCD (Rassemblement Congolais pour la Démocratie), compuesto principalmente por Banyamulenges.



Utilizados por Ruanda, durante los últimos quince años muchos Tutsis congoleños han cometido múltiples atrocidades contra la población del país. Durante el mismo periodo, muchos Hutus congoleños se unieron a los grupos armados Hutus ruandeses vinculados con el genocidio de 1994 y cometieron no menos atrocidades contra sus compatriotas. Por todo ello, la mayoría de la población ve a estas dos etnias residentes en el este de la RDC con una mezcla de temor, rencor y desconfianza. El deseo mayoritario es que regresen a Ruanda, su lugar de origen.

Una muestra de la extrema sensibilidad social que genera la cuestión de los ruandófonos es lo sucedido en GADHOP durante el mes de mayo. El Secretario Permanente de la red (Moïse Kambere) redactó una carta, que iba destinada a las organizaciones de base de los Territorios de Beni y Lubero (Kivu Norte). En ella resaltaba la "congolidad" de la población ruandófona y su derecho a retornar a las zonas de las que fue desplazada durante los diversos conflictos armados recientes. La carta desató la furia de algunas de las organizaciones -de Derechos Humanos!!!- que forman parte de la red, que no comparten la posición del Secretario y le acusaron de actuar unilateralmente. Si esta es la posición de algunas ONG de Derechos Humanos, nos podemos hacer una idea de cuál es la posición general de la población hacia los Tutsis y Hutus congoleños.

Otra muestra de las enormes implicaciones geopolíticas de la presencia de los ruandófonos en el Congo es el cable diplomático elaborado en junio de 2009 por el embajador estadounidense en Kinshasa, filtrado por Wikileaks hace dos semanas, donde éste analiza las relaciones entre los gobiernos congoleños y ruandés en el contexto de la creciente influencia del colectivo ruandófono en Kivu Norte.

La evolución de la relación entre población ruandófona y no-ruandófona en el este del país invita a un moderado optimismo, puesto que las tensiones entre ambos colectivos se han calmado considerablemente durante los últimos años. Sin embargo, en el polvorín congoleño, una chispa basta para que todo el país estalle, como la historia reciente ha mostrado en varias ocasiones. Y los ruandófonos podrían ser, una vez más, esa chispa.

2 comentaris:

  1. Me gustó la entrada, explicas bien uno de los mayores problemas étnicos del Congo. Gracias!!=) También me gusta como describes que eres un muzungu, pero realmente, quién eres? qué haces en el Congo?

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  2. Hola Belén,

    Me llamo Marcel, soy de Barcelona, y trabajo como consultor en el campo de la cooperación al desarrollo. El año pasado estuve viviendo y trabajando en Butembo, entre junio y noviembre. Fue entonces cuando abrí el blog, básicamente para tener informados a mis amigos. Cuando me fui en noviembre dejé lógicamente de actualizar el blog, aunque lo dejé abierto.

    Estuve trabajando en un proyecto de fortalecimiento de las capacidades de comunicación de una red de ONG de Derechos Humanos basada en Butembo.

    Me alegro que te gustara la entrada.


    Saludos,
    mARCEL.

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Comentarios